El más grande se
encargaba de buscar la comida y cuidar a sus dos hermanos menores, quienes
lo único que hacían era jugar entre los árboles y con los demás animalitos.
Un día llegó al
bosque un lobo feroz, y en cuanto vio a tres cerditos gorditos (porque
estaban muy bien alimentados) empezó a planificar como atraparlos para
comérselos.
El cerdito mayor
que adivinó las intenciones del lobo, reunió a sus hermanos y los mandó a que
cada uno se construyera una casa para protegerse.
El cerdito más
pequeño que era el más vago de los tres, sólo pensaba en jugar y la sola idea
de trabajar lo ponía de mal humor. Así que construyó una casa con pajas para
hacerla rápido.
El cerdito del
medio al ver a su hermano jugando, apuró su trabajo e hizo su casa con unas
maderas.
En cambio el mayor,
trabajó todo el día en una casa de piedras para que fuera más resistente.
Días más tarde,
mientras los tres jugaban en el bosque, escucharon unos ruidos extraños y
vieron unos arbustos moverse. Los cerditos menores no le dieron importancia y
siguieron en lo suyo, pero el mayor que era más precavido, se acercó a los
arbustos y pudo ver la nariz del lobo asomándose por uno de ellos. Corrió tan
rápido como sus pequeñas patas le permitían, y con la respiración entrecortada
gritó:
- El lobo, el lobo -
Cada uno de los
cerditos entró en su casa con mucho pero mucho miedo.
El lobo fue hacia la
casa de paja, y el cerdito que estaba dentro se escondió temblando y rogando
que no le pase nada.
- Soplaré, soplaré y
tu casa derribaré - gritó el lobo, sopló y las pajas se desparramaron por el
bosque.
El cerdito
totalmente indefenso corrió a la casa de su hermano. Y de nuevo escucharon:
- Soplaré, soplaré y
tu casa derribaré - y el lobo sopló sopló y no pasó nada, tomó más
aire y sopló tan fuerte que las maderas cayeron unas encima de otras. Los
cerditos salieron de entre las maderas y se encontraron con la cara del lobo
hambriento; reunieron coraje y corrieron a refugiarse con el hermano mayor.
El lobo se encaminó
hacia allí. Pero como esta casa estaba construida con material más fuerte, el
lobo soplaba y soplaba y no pasaba nada. Al darse cuenta de que no podía
derribarla se enfureció, buscó un tronco y subió a la chimenea.
Mientras tanto, los
cerditos guiados por el mayor, quien intuía la idea del lobo, llenaron una
olla de agua hirviendo y la colocaron debajo de la chimenea de forma tal que,
cuando el lobo bajo por ella, cayó dentro de la olla.
Los aullidos del
lobo al quemarse la cola fueron escuchados en todo el bosque. Durante años los
cerditos menores contaron las hazañas de su hermano mayor para echar al lobo,
quien muy frustrado, nunca más volvió a molestar a los cerditos.
este es un cuento que tienen mucha enseñanza tanto para los niños como para los adultos jóvenes de hoy en día que se acostumbran a que los mayores le solucionen las cosas.
ResponderEliminarP.D: me quitaste mi cuento :-p
jiji!! no fue mi intención pero en realidad es muy bueno el cuento.
ResponderEliminarNo se disputen un cuento, hay muchos con grandes enseñanzas
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